Era la hora del ocaso y estaba sentada en la terraza de aquel bar del paseo de Rosales como si estuviera en un mirador que al mismo tiempo fuese un muelle. De vez en cuando contemplaba la estrecha caleta del vallecito, a su izquierda, perdiéndose en colores, calígine y humos hasta hacerse alta mar dorada en las brumosas montañas de la sierra. Luego todo se tornaba rojo, como el vinoso Mediterráneo de los crepúsculos, y emergían amenazantes escolleras oscuras del Parque del Oeste, de los Viveros de la Villa y del apretado bosque de la Casa de Campo. Se oían pitidos de locomotoras portuarias y un rumor metálico de peces asaltados por peces mayores, que transforman sus ordenados y precisos desfiles en vorágine caótica y hacen sonar la hora encamada de la matanza, y crujía suavemente, caricioso al oído, el apresto de las despedidas más largas. El Manzanares, paralizado y submarino, asomaba el lomo plateado.Una de las descripciones más bellas que he leído. Por el lenguaje brillante, la evocación y la traviesa paradoja de representar el paisaje madrileño a través del mar. Estoy disfrutando mucho de "Tierra de nadie y otros relatos" de Ignacio Aldecoa, un autor del neorrealismo español del que no había leído nada y que me ha deslumbrado.
Hacía un rato que había dejado sus cuadernos abandonados sobre el mármol del velador y miraba al mar resultante de muchos mares de verano; un mar compuesto de las sensaciones tenidas desde la infancia, acrecido y sensibilizado ahora, y que se le hacía melancólicamente real en el atardecer madrileño. Las aguas de entonces batían sus sentidos y había en ella éxtasis y anegación.
Ya era noche marítima, con luces bordeando la caleta y titiladoras poblaciones lejanas,cuando quiso volver a sus quehaceres. Tomó un sorbo de cerveza desagradablemente tibia y con el bolígrafo dibujó una delicada línea ondulada, a la que sumó otra y otra, ensimismándose. Así fue sorprendida.
"Los pájaros de Baden-Baden". Ignacio Aldecoa.
La expresión vital de Sofía de Tomás
Hay chispazos de belleza que iluminan nuestra existencia, sobretodo ahora que nos ha tocado vivir un momento tan delicado. Y hay personas que tienen una capacidad innata para crearlos, tal es el caso de Sofía de Tomás , surfista y artista tinerfeña, cuya obra centrada en el mar, la naturaleza y el surf está dotada de una expresividad vital hermosamente evocadora... ¡Hola Sofía! Háblanos un poco de ti y de tu trayectoria... Soy Sofía de Tomás Ascanio vivo en Tenerife, tengo 24 años y estudie Bellas Artes en la universidad de La Laguna. Desde pequeña recuerdo estar dibujando, pintando o inventando algo para entretenerme, mi madre pintaba y por eso siempre tenía a mano pinceles y pinturas con los que poder jugar y con el tiempo ese juego se fue convirtiendo en algo imprescindible para mí. Pues le agradacemos a tu madre que te sirviera de inspiración ;-) Volviendo a tu obra, la mayor parte tiene el océano o el agua como escenario. ¿Cómo es la relación que mantienes con el m...
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